El Desarrollo Organizacional se
ha constituido en el instrumento por excelencia para el cambio en busca del
logro de una mayor eficiencia organizacional, condición indispensable en el
mundo actual, caracterizado por la intensa competencia a nivel nacional e
internacional.
Es así como el Desarrollo
Organizacional busca lograr un cambio planeado de la organización conforme en
primer término a las necesidades, exigencias o demandas de la organización
misma. De esta forma, la atención se puede concentrar en las modalidades de
acción de determinados grupos (y su eficiencia...), en mejorar las relaciones
humanas, en los factores económicos y de costos (balance costos-beneficios), en
las relaciones entre grupos, en el desarrollo de los equipos humanos, en la
conducción (liderazgo). Es decir, casi siempre sobre los valores, actitudes,
relaciones y clima organizacional. En suma, sobre las personas más que sobre
los objetivos, estructura y técnicas de la organización: el Desarrollo
Organizacional se concentra esencialmente sobre el lado humano de la empresa.
Su área de acción fundamental es,
por lo tanto, aquella que tiene relación con los recursos humanos de la
institución. La importancia que se le da al Desarrollo Organizacional deriva de
que el recurso humano es decisivo para el éxito o fracaso de cualquier
organización. En consecuencia su manejo es clave para el éxito empresarial y
organizacional en general, comenzando por adecuar la estructura de la
organización (organigrama), siguiendo por una eficiente conducción de los grupos
de trabajo (equipos y liderazgo) y desarrollando relaciones humanas que
permitan prevenir los conflictos y resolverlos rápida y oportunamente cuando se
tenga indicios de su eclosión.
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